Roberto Heras, 7 años después

Leemos estos días en la prensa, que el Tribunal Supremo ha decidido finalmente, anular la sanción por dopaje a Roberto Heras en la Vuelta a España 2005 y dejarle "límpio".
Asistimos así, una vez mas, al sin sentido y el ridículo, o lo que es lo mismo, una vergonzante actuación mas del sistema antidoping del ciclismo.




No voy a hablar aquí hoy de si Heras era o no culpable, al final la exculpación se debe a un defecto de forma en los análisis, sino que quiero hablar de la impunidad con que las autoridades antidopaje, la UCI y la prensa deportiva destrozan ciclistas como si fuesen titeres.
Por encima de todos los delitos que se puedan cometer, en el derecho penal (y también en el deportivo) existe una máxima que es: "uno es inocente mientras no se demuestre lo contrario". Esto rige para todo ciudadano de a pie, excepto para uno, si eres ciclista date por jodido.
Se empapelan ciclistas con controles realizados de aquella manera, por chivatazos de compañeros, por utilizar un crecepelo o una pomada para las almorranas, por lo que sea. Y date por muerto, porque al día seguiente medio mundo sabrá que has dado positivo, se publicará en todos los periódicos, deportivos o no, las televisiones abriran sus secciones deportivas con la noticia, serás señalado por toda la sociedad como si fueses un paria, pero sin embargo leeras en la columna de al lado en el periódico, a grandes titulares, que a Messi le van a hacer un tratamiento con plasma regenerativo en su rodilla derecha para curar una vieja lesión. DE VERGUENZA.
Y mira por donde, resulta que después de haber perdido tu carrera, tu dinero, tu estima, un par de años después consigues demostrar que efectivamente el positivo fué por un crecepelo, o que las muestras de tu análisis se las llevó el medico de la AMA en el bolsillo y estuvieron tres dias en el maletero de su coche, lo que sea. Entonces, entonces ningún  periódico publica el error, ninguna televisión lo considerará noticia, y por supuesto nadie te devolverá tu vida anterior a ser un ídolo caido.
Que nadie se equivoque, no creo firmemente en la limpieza del ciclista, hay manzanas podridas, cada vez menos, pero las hay, y en años anteriores ha habido cestos enteros. Pero creo firmemente en condenar (si, esa es la palabra, condenar) con pruebas firmes, con controles hechos como dios manda, y con un positivo como dios manda, creo en la necesidad de mantener en silencio un positivo hasta que se pueda certificar "sin lugar a dudas" que lo es, creo en todo eso.
Mientras, me siento en el sofa con mi revista de ciclismo favorita y me pregunto quien le devolverá a Roberto Heras los años de ciclismo perdidos, sus contratos, su dinero pagado en multas y abogados, su "ilusión" por la bicicleta, sus aplausos, honores, homenajes...Todo eso que se fué con sus sanción, con la suya y con la de tantos otros...y los que vendrán.

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