¿Tiene que estar el ciclismo por encima de los ciclistas?

Hago esta pregunta a raíz de la presentación del recorrido del Tour de Francia 2015, que ha generado alabanzas y críticas por igual, al prescindir prácticamente de las contrarreloj y dar mucha mas importancia a la montaña.
Uno de los mas críticos ha sido Froome, que se plantea incluso no ir y apostar por el Giro de Italia y seguramente la Vuelta a España. Al tratarse de uno de los primeros espadas de la actualidad, sus palabras han tenido, si cabe, un mayor eco, y han abierto el debate de si el Tour (o cualquier otra carrera ciclista importante) puede permitirse estar por encima de lo que opinen los ciclistas o si por el contrario ha de tenerlos muy en cuenta.
Es evidente que toda carrera tiene su propia identidad, que de alguna manera la diferencia del resto. Si hablamos solo de las tres grandes, cada una tiene su personalidad y esos rasgos que las hacen claramente diferenciales. En el caso del Tour, siempre ha sido sota, caballo y rey, o lo que es lo mismo, primera semana de sprinters, después algo de montaña, contrarreloj mas o menos larga y finalmente última tanda de montaña. Esto, que siempre ha sido así, ha empezado a tener su riesgo.
Por un lado, ya le vieron las orejas al lobo con el Tour que ganó Wiggins, que fue soporífero no, lo siguiente. Y posteriormente, en los últimos años, tanto Vuelta como Giro se han puesto las pilas para hacer carreras mas nerviosas, cortas, con recorridos emocionantes, y eso ha ido en detrimento del Tour.
Si queremos hacer un ciclismo emocionante, con tirón, las grandes carreras han de renovarse continuamente para adaptarse a los gustos del espectador. Respetando su esencia, eso si, (a nadie se le ocurre por ejemplo una París Roubaix sin pavé), pero teniendo muy claro que hay que evolucionar hacia un ciclismo mas interesante para el público.
La Vuelta, por ejemplo, en los últimos años se ha arriesgado a prescindir prácticamente de los grandes sprinters del pelotón, reduciendo a la mínima expresión los finales de etapa adecuados para este tipo de corredor, y haciendo finales mas duros y exigentes, y por tanto mas bonitos para el espectador.
Ahora es el Tour, que pertenece a los mismos dueños de la Vuelta, el que trata de buscar mas espectáculo, con mas montaña y menos contrarreloj, y ello aunque conlleva quizás que no sea el ciclista mas completo el que tenga oportunidad de ganar, supone dar un paso adelante en busca del espectáculo y la audiencia.
Siempre que se haga con absoluto respeto a la salud de los ciclistas, las grandes carreras tienen todo el derecho y la mas absoluta obligación de buscar el ciclismo mas adecuado para el espectador, aunque sea por encima de los ciclistas.

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