A cuestas con las ganancias marginales

 

En el actual mundo del ciclismo, que cada vez se parece más a los deportes de alta tecnología, como la Formula 1 o MotoGP, ya no sorprende nada a la hora de conseguir las famosas ganancias marginales o “marginal gains”.

Para los no iniciados en esta terminología ciclista, hablamos de cualquier mejora, por pequeña que sea, que se pueda conseguir limando al máximo cualquiera de las circunstancias que rodean al ciclista, da igual que sea en nutrición, biomecánica, aerodinámica, mecánica, etc.

Un ejemplo claro es el nuevo diseño de casco que lleva el Ineos, de la marca Kask, que tapa la parte superior de las orejas, porque han visto que de esa manera se gana en penetración aerodinámica y por tanto de ahorran vatios para ir a la misma velocidad.

  


* Otro aún más sorprendente, no por su utilidad sino por su precio, es el famoso calcetín más rápido del planeta que calzan Van der Poel o Van Aert. Nos referimos al calcetín de la marca Sockeloen, elaborados totalmente a medida del ciclista, apurando al máximo la altura que permiten las normas UCI y que incluyen las mediciones en el túnel de viento del ciclista para optimizar el tejido en función de la velocidad a la que se vayan a utilizar y el rango de temperaturas. Evidentemente, este nivel de personalización tiene un precio, nada más que 1.000 €.

*  


Lo último de lo último, es el paso dado por el equipo WorldTour Lidl-Trek hacia la vanguardia de la innovación en el mundo del ciclismo, al incorporar simuladores de túneles de viento en los manillares de sus bicicletas, mediante la aplicación de aerodinámica Aerosensor.

Esta tecnología, inspirada en la Fórmula 1, permite realizar pruebas aerodinámicas en tiempo real en carretera, durante los entrenamientos o las carreras, eliminando los elevados costes y las barreras de las suntuosas y complejas pruebas en túneles de viento.

Esta innovación permite a los entrenadores y ciclistas de Lidl-Trek evaluar y mejorar constantemente su aerodinámica, con la capacidad de convertir cada sesión de entrenamiento y carrera en una oportunidad de prueba aerodinámica personalizada.

En principio Lidl-Trek ha revelado que planean utilizar el sistema exclusivamente en entrenamientos, evitando así posibles objeciones de la UCI, que con estas nuevas tecnologías siempre son bastante rigurosos.


Pero ¿Cómo funciona? Aerosensor combina datos del sensor de velocidad ANT+ y del potenciómetro del ciclista, con sus propias mediciones de altitud y condiciones de viento, mediante el dispositivo que se coloca en el manillar, para calcular su coeficiente de resistencia aerodinámica, CdA. Esto se muestra en tiempo real en el ordenador de la bicicleta.

Ello permite modificar la posición del ciclista sobre la marcha, o cambiar de material, sin tener que meterse en un túnel del viento.


El objetivo de estas iniciativas, como hemos dicho está claro, ser los mejores y vencer en la carrera actual de buscar innovaciones, descubrir el más mínimo detalle que pueda marcar la diferencia e ir un paso por delante de los competidores.

Lo que es innegable es que se ha desatado una batalla fratricida por la búsqueda de esa ganancia marginal que te permita rendir más y mejor que tu adversario, integrando cada vez más tecnologías avanzadas en el ciclismo profesional, en una búsqueda continua de mejoras y ventajas competitivas en un deporte donde cada detalle cuenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Llegan los pedales del futuro?

Y Matxin vuelve a ser el mas listo de la clase

Los nombres propios de la Paris Roubaix