¿Que le pasa al DSM?

Sigue y sigue la fuga de talentos del equipo, que parece no tener fin. Acostumbrados nos tienen a que en las últimas temporadas todos los buenos corredores se vayan del equipo, a veces no con muy buenos modos, buscando destinos mas atractivos. Así podemos recordar los casos de Barguil, Doumoulin, Degenkolp, Van Wilder, Benoot, Storer, Hirschi, Matthews, etc. En definitiva todo un equipazo de figuras que podrían configurar una escuadra de ensueño y que han decidido abandonar la disciplina del equipo para buscarse las habichuelas en otros destinos.

Está claro que el equipo tiene un problema, que según todas las informaciones que aparecen parece ser de exceso de celo en el sistema de trabajo.

Así por ejemplo, Zico Waeytens ha revelado como tras una Clásica de San Sebastián en la que curró de lo lindo para Doumoulin, le pegaron el toque porque no llevaba puesta la gorra de pódium cuando firmó en el libro de firmas. También ha habido quejas de que no te puedes salir ni un milímetro de los entrenamientos marcados por los técnicos, si lo haces enseguida recibes la llamada de reprimenda correspondiente.

El Team Sunweb cambia de nombre y piel. Se presenta el Team DSM.

En definitiva, la queja generalizada es que el equipo se parece mas a un régimen dictatorial, donde el individuo no cuenta y no puede opinar. Todo se basa en el equipo y para el equipo y las normas y directrices se han de seguir a rajatabla.

Si bien es cierto que los corredores no dejan de ser empleados que trabajan para un patrón, que es el que decide, también es verdad que la plantilla la componen unos 30 corredores, cada uno de su casa, con mentalidades completamente distintas, que no pueden pensar todos igual, con distintas ambiciones.

Y un equipo ha de saber adaptarse a eso. Algo que parece tan sencillo como que no puedes tratar igual o escuchar de la misma forma a Roglic que a Jaime Castrillo (con todos mis respetos) y no por caché sino porque las ambiciones de uno y otro serán totalmente distintas.

Esto en el DSM no se cumple, el equipo decide, no pregunta ni escucha, impone y eso es muy difícil de aceptar para muchos corredores (sobretodo los mas fuertes) que se sienten ninguneados.

Ojo, que al igual que le pasa al Deceuninck, las decisiones y resultados les avalan, Doumoulin no ha vuelto a ser el mismo desde que se fue, tampoco Matthews ni Hirschi, ni Degenkolp, etc. Ahora bien, a nivel de imagen un equipo de esa entidad no se puede permitir ser el centro de todas las miradas por la constante fuga de sus mejores corredores sin cumplir sus contratos, porque los patrocinadores no tardarán en alzar la voz y los mejores corredores no tendrán muchas ganas de firmar con la estructura.

 

 

 

 

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